Los jardines sanadores acogen a la familia
Durante una tarde soleada de abril, Pedro Bravo, un joven de 27 años que reside en Isla de Pascua, se pasea a pie pelado por el Jardín de Los Naranjos vestido con la típica bata de paciente del Hospital del Salvador (HDS). Junto a él vienen caminando su madre, su padre y una amiga. La familia se instala a conversar bajo los árboles. Se ve que disfrutan de una amena conversación, mientras toman una rica taza de té. “Este jardín ha sido un oasis”, explica “vengo de Isla de Pascua donde todo es vegetación y disponer de este espacio ayuda aún más a mi tratamiento”, asegura el joven. Pedro tuvo un accidente en moto con fractura de clavícula, como en Isla de Pacua no hay traumatólogo fue derivado a Santiago. Desde entonces su familia lo visita diariamente y los jardines sanadores, en especial el de Los Naranjos, se ha transformado en el lugar elegido para estos encuentros, los cuales son amenizados por risas, por alimentos para compartir y una gran conversación. Su testimonio en extenso lo podrán encontrar en la investigación y un futuro libro que Fundación Inspira está realizando gracias al Fondo Todos y Todas en la Línea de Análisis de Experiencia del Ministerio de Desarrollo Social, el cual nos han permitido reparar en este tipo de historias.