El pasado 20 de octubre finalizaron las actividades con los niños, las que les permitieron acercarse a la naturaleza y a su interior mediante la plantación de naranjos, la creación de un huerto y diferentes posturas de yoga.

Fundación Inspira se ha dedicado durante años a la recuperación de áreas verdes en el Hospital del Salvador, creando Jardines Sanadores que están a disposición de pacientes, familiares y funcionarios.

Sin embargo, no todo es recuperación de áreas verdes, la fundación también ha realizado un importante trabajo con la creación de conciencia de la importancia de la naturaleza en las nuevas generaciones.

En esta oportunidad, la fundación ha trabajado en dos ocasiones con los niños del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, que desde el año 2012 ha recibido a todos los hijos de funcionarios de los hospitales Luis Tisné, Del Salvador, Instituto de NeuroCirugía, Instituto Nacional del Tórax e Instituto Nacional de Geriatría y del Servicio de Salud Oriente.

El primer taller constó de una clase de yoga para los niños del Jardín infantil del Servicio de Salud Metropolitano Oriente (SSMO) , guiado por la instructora María José Fuentes, quien a través de un cuento logró que los niños pudieran canalizar sus energías.  “Estas actividades pueden ayudar a reafirmar la autoestima, desarrollar habilidades motoras y fortalecer el cuerpo, mejorar el equilibrio y la coordinación, manejar las emociones, mejorar la capacidad de concentración, la postura, relajar y enseñar conciencia de la respiración”, asegura Fuentes.

Luego de conectarse con sus cuerpos, los niños tuvieron la posibilidad de ponerse en contacto con la naturaleza mediante la plantación de naranjos y quillayes, los que pudieron regar para aprender cómo cuidar la naturaleza.

Inspira realizó una segunda visita al SSMO, pero esta vez a los niños del Centro Escolar, donde se realizó un taller de huerto en el que aprendieron que es lo que necesitan las plantas para poder vivir, cómo crecen y cómo se reproducen algunas plantas de hojas verdes. Además, se les enseñó que es el humus y pudieron conocer como trabajan los gusanos.

Cada niño creó un almácigo con materiales reciclados, e hicieron un trasplante de acelgas y lechugas, creando una mini huerta en cajones para finalmente plantar naranjos en ellas. “Este tipo de actividades con los niños también es una forma de generar encuentros amables que sanan, y acercarlos con la naturaleza y con su cuerpo”, comenta Catalina Ossa, jefa de proyectos de Fundación Inspira.